Repetimos en el San Juan, y no sólo porque estaba al lado de nuestro apartamento en la Habana vieja. La primera vez sólo tomamos una cerveza porque era un lugar en el que podíamos usar la tarjeta de wifi que revendían en el parque, y éso es un plus en Cuba. La atención fue excelente, nos pusieron una tapa, poco habitual en la ciudad, y observamos que tenían una parrilla con buena pinta. Además el local está muy limpio, como el baño, y con estilo. Tardamos en decidirnos a volver a causa del olor pestilente de unos contenedores cercanos, pero lo cierto es que no se apreciaba dentro. Cenamos una ensalada riquísima, una pechuga de pollo muy buena y un pescado entero de aplaudir. Con una cerveza Cristal, dos copas de vino y una piña colada 42CUC. Muy bien, tendrían que resolver el problema de los contenedores, una pena para toda la plaza de San Juan.