La restauración de la vivienda que ahora alberga la Posada de Chacón es muy acogedora, original, conservando el aire colonial con un toque de modernidad. La recepción es también barra de bar en la que puedes disfrutar de coctelería y donde siempre hay al menos una (o más) persona amable para ayudarte en todo lo que necesites.
Hay pocas habitaciones por tanto la atención es casi individualizada. Las habitaciones están bien acondicionadas, con aire acondicionado, muy limpias, cada día con botellitas de agua nuevas.
El desayuno, no hay mejor forma de iniciar el día, rebosante de fruta deliciosa y delicadamente emplazada, zumos, tostadas, cafés y huevos al gusto.
Después de nuestro viaje a la Habana y Cuba, uno de los mejores sitios donde hospedarse.
Volver a señalar la amabilidad de sus encargados, y todo el personal.