Es un lugar muy curioso, la arquitectura es un poco excéntrica, y la zona es mas bien habitacional, no cuenta con canales de TV, pero si te prestan películas (tienen una gran variedad)Lo mejor es que desde el primer momento Daniel y todo el personal se esmeran por hacerte sentir como en casa. Son excelentes personas y el ambiente del Hotel es muy familiar.

El hotel es pequeño y muy pintoresco, simulando un castillo medieval.

La habitación era muy pequeña, en especial el baño. Toda una misión imposible el lavarse la cara o los dientes. La toalla para secarse las manos era prácticamente una servilleta.
Las cortinas no logran cubrir al 100%, en parte por la posición de los cortineros y los grandes ventanales.
Las paredes son tan delgadas que casi se escucha todo lo de la habitación contigua.
Cuentan con wifi en todo el hotel y estacionamiento para unos 6 autos.
La alberca siempre la vimos cubierta.

La ubicación del hotel está muy escondida, gracias al GPS logramos encontrar la cerrada. Al llegar a dicha cerrada ya hay señalamientos (antes no vimos ninguno). Algo retirado del centro de Valle de Bravo (6 km).

El lugar se ve que lo construyeron con mucho Amor, tiene todo lo que necesitas y la limpieza es buena, lo mejor es que las personas que están ahí te van a dar un gran servicio y su comida es buena, no dudaría en regresar.