Este hotel está a cuatro cuadras, aproximadamente de el malecón. El servicio y atención del recepcionista es muy buena. La habitación que nos asignaron (216) era bastante amplia, limpia en general; aunque nos dijeron que sería con vista al mar, eso no sucedió. Al carecer de teléfono en la habitación, tuve que bajar cuatro veces a decirles que el control de la televisión no servia, hasta que una camarista, creo de nombre Petra, con excelente actitud, resolvió este detalle. El estacionamiento puede ser limitado en espacio, aunque hay otro de tierra ahí mismo. Tuve dificultad para encender el aire acondicionado, pero fui lo suficientemente paciente para lograr que prendiera como debe de ser. No esperen las instalaciones más modernas. Creo que su mobiliario es menos antiguo en comparación con otros hoteles de la zona. Sí me volvería a hospedar ahí...tal vez me gusta la mala vida.