Tengo muchos años viajando a Culiacán por negocio y normalmente me hospedo en otro nivel de hoteles ejecutivos más económicos. En esta ocasión la tarifa de Lucerna estaba un poco más accesible y opté por hospedarme aquí. La verdad es que tenía espectativas muy altas que no se cumplieron. No me malinterpreten, la estancia estuvo bien, simplemente no sentí que valiera la pena el costo extra para lo que se ofrece.
Las habitaciones no son tan amplias, el espacio del baño muy reducido. Lo mejor es la televisión.
Los espacios del lobby, restaurante y bar me parecieron muy apretados también.
Como ya tiene varios años, se percibe un olor a humedad en varias partes. No incluye el dasayuno (cuando menos en la tarifa que reservé).
La ubicación es muy buena ya que está en medio de varias opciones de compras y restaurantes.
De todos modos creo que seguiré utilizando los otros hoteles para futuras estancias.