Decidí darle una oportunidad a este hotel en mi reciente viaje de negocios, pero resultó un fiasco: mala señal de internet, en la habitación 308 no funcionaba el teléfono y el desagüe de la regadera se tapó ocasionando que al bañarme se convirtiera en una alberca. Pedí una plancha y estaba muy vieja y descuidada, desde luego no funcionaba. Salí a mi jornada de trabajo no sin antes reportar los inconvenientes, al regresar pregunté en recepción si los habían resuelto y nada, terminaron cambiandome de habitación a la 204. La señal de internet siguió mal y volví a pedir una plancha que nunca llegó. Además los platos para el desayuno siempre húmedos, con aspecto de ser viejos y algunos de ellos hasta con restos de frijoles o comida del anterior comensal, de seguro su lavadora de trastes no funcionaba bien. El tipo en el front desk del turno vespertino a mi llegada el 26 de noviembre, totalmente de vale madre y parecía como que estaba más de afuerzas trabajando ahí. No lo recomiendo para nada y hay mejores opciones en Culiacán.