Lugar acogedor, de origen español. Buscabamos un café rico para beber en un lugar tranquilo y limpio!!! y cumplió perfecto. Tomamos un café fuerte, de sabor agradable y punto justo de leche. También una tizana de manzanilla y azar muy rica. La tarta de vainilla estaba rica, pero me parecio delicioso el pan de plátano. La tortilla española tradicional (sólo papa, cebolla y huevo) estaba muy rica para mi gusto. Bien cocida, pero no seca. El lomo canadiense sin embargo, sabe a lomo de cerdo sin más...Nos ha gustado mucho el ambiente, la comida, la charla con la dueña. Buscábamos algo asi en Monterrey y si acaso volvemos a esa ciudad, definitivamente comeremos con la abuela Victoria.
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