Es la segunda vez que me hospedo en el Boca Chica, siempre impulsado por la posibilidad de que mis mascotas me acompañen y recibamos buen trato.
El hotel es un clásico restaurado por el Grupo Habita, aunque en palabras literales, se percibe como "El patito feo" del grupo, ello por que aunque el staff es muy amable y atento, en ocasiones se siente que los tienen descuidados, ejemplo de ello son los uniformes de lo que ya platiqué previamente o el equipo del hotel que se siente ya muy viejo (no vintage), fuera de ello el lugar es mágico, rodeado de vegetación y la vista a la Roqueta y a la boca del mar hacen de ensueño la estadía.
Sin duda siempre será mi opción para pasar alguna vacación en el puerto de Acapulco.