Como sugiere el título de la reseña, se obtiene lo justo por el costo del hospedaje en este lugar. Como acotación, el lugar ha cambiado de nombre y ahora es el Hotel D'César (sic) y no el Caesars Palace. Dicho esto, enuncio 1) Puntos a favor: La actitud de sus trabajadores es buena, todos son amables y respetuosos; doy una especial mención a los tres recepcionistas, quienes destacan por su paciencia y accesibilidad. Las albercas se hallan en buen estado y el aseo de dicha área, así como en los pasillos de todo el hotel, se puede constatar. Hay cámaras de seguridad en áreas comunes para tranquilidad de los huéspedes. El check-in pudo hacerse con muchas horas de anticipación (debe tomarse en cuenta que fuimos en temporada baja y no en el 'puente' por los días feriados de noviembre), algo que agradecemos infinitamente, pues llegamos a Acapulco poco antes del amanecer, nos comunicamos al hotel y con gusto no sólo corroboraron la reservación, sino que también nos dejaron llegar desde esa hora para acomodarnos. La señal de WiFi gratuito es muy buena, ya que tienen repetidores de señal en cada piso. Luego, aún si el clima invita a ducharse con agua templada o fría, hay agua caliente en la regadera de la habitación para quien así lo requiera. 2) Puntos no tan favorables: Las instalaciones requieren remodelarse. En concreto, en la habitación donde nos alojamos (estándar/sencilla) el aire acondicionado era antiguo y no enfriaba del todo bien, no servía el ventilador (ni tampoco la lámpara en éste), el colchón era muy básico y no ayudaba mucho que la base fuese una de concreto (por tanto, el descanso puede calificarse de regular a malo), había un tendedero de madera plegable pero no un sitio para colgar/guardar ropa a manera de ropero (el tendedero fungió de clóset improvisado). Nunca supimos la función de dos apagadores (quizá en otro tiempo fungieron para otra cosa, pero siguen ahí y son fútiles) de los cuatro en toda la habitación. El aseo de la habitación fue por ende, muy básico (en toda la estancia no se cambiaron almohadas y sólo una vez las sábanas, lo demás sí fue cambiado/aseado -i. e.: pisos, regadera, toallas-). 3) Puntos neutrales (a consideración del viajero): La ubicación no está en el 'corazón' hotelero de la Costera, pero si se sabe usar el transporte público (énfasis al Acabús) o se camina por breves minutos hacia la misma avenida Miguel Alemán, las playas y otros sitios de entretenimiento son de MUY fácil acceso, con lo que se evita gastar en taxis y claro, se evita también ser parte del tráfico vehicular que una zona turística posee casi por default, sobre todo por las noches. Un consejo derivado de la ubicación es que no se pierda la prudencia respecto a los horarios en que uno sale a divertirse (ser previsor y hacer uso de taxi si la hora de regreso al hotel lo requiere). Consideramos regresar si fuese en una habitación superior para complementar la presente impresión.
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