Regresé a Villas Fasol porque desde que descubrimos este lugar mi esposa y yo, quedamos encantados con el servicio que tienen a los huéspedes. Es como estar en casa y en la tranquilidad de un hotel boutique. Pasamos las fiestas patrias y el menú completo fue hecho a nuestro gusto. Todo riquísimo¡
Las vistas son excelentes. Los tours que nos sugirieron, como el paseo en yate y su servicio de spa, tienen una buena relación calidad/precio.
Claro que volveré¡