Hace 3 semanas tuve la oportunidad de hospedarme en este hotel que aparentaba cumplir con las tres "b" (bueno, bonito y barato), además de su ubicación, que es con lo único que realmente me quedaría. El personal no tiene capacitación en atención hotelera, servicio al cliente y correcta higiene. Mi habitación parecía no haber estado en uso un par de meses, ya que tenía dos arañas, aroma a humedad, ALMOHADAS CON CABELLOS y el baño parecía de una prisión, sin descartar que la primera noche tuve que soportar bañarme con agua fría.
En un momento solicité prestado un cuchillo para partir los limones, y en vez de ofrecer una actitud de servicio me mandaron a pedirlos a la cocina (de la que lógicamente desconocía su ubicación), todavía cuando me quejé sobre este hecho la persona de recepción de una manera poco amable me dijo que no le estuviera inventando, como reclamándole al cliente, disculpen pero considero que la atención al cliente es lo primordial, como haberme ofrecido llevármelo a mi habitación. Les recomiendo adquirir algún libro de hotelería para dummies.
Posterior a mi lamentable experiencia, me cambiaron de habitación, y menos mal que lo hicieron porque estuve a punto de pedir un reembolso y llamarle a la PROFECO.
Sobre el ruido de los niños desde las 8 de la mañana no puedo quejarme porque es un hotel familiar, por lo que no lo recomiendo para viajes en los que te vas a desvelar, a ir con amigos o en pareja.
Finalmente mi respuesta es ¡NO! no lo recomiendo, me he hospedado en otros hoteles de la zona que circundan por los mismos precios, ya sea en mayor cantidad o en menor, y no me han atendido de esta forma.
Lo único agradable es la alberca en la azotea con una linda vista hacia el pueblo y el mar, de ahí en más no le encuentro nada bien, y si se preguntan si mi segunda habitación estuvo mejor la respuesta es ¡SÍ! mejoró un poco.