Me tocó llegar un día después de que pasara el huracán, así que el Municipio estaba un poco atareado con los estragos en la calle. Sin embargo al llegar al hotel, me llamó la atención que se veía limpio y triste, pensé por un momento que era por los estragos del huracán, pero no, es porque le falta un poco de mantenimiento y actualización. Contraté el plan todo incluído. La habitación cuando llegué estaba limpia, organizada, pero sin surtir el frigobar, con balcón sucio y con internet deficiente. El frigobar además de vacío, sucio y con aprtes oxidadas y en los días siguientes surtían el frigobar con resfrescos y botanas de una forma tan escueta que no parecía que fuera todo incluído. La habitación cómoda en lo general, con muebles viejitos que necesitan mantenimiento, con descuido en el acabado de pintura de la habitación y me hizo recordar la época de mis Padres, de los 70, 80 o 90s. Desde el balcón se podía ver las albercas, pero todas sucias y así estuvieron durante todos los días que estuve hospedado. El servicio a cuarto fue bueno, aunque muy, pero muy tardado y en los demás días sucedió de la misma forma, por lo que preferí bajar a comer a alguno de los restaurantes. El restaurant japonés muy bueno y aún puede mejorar mucho más, con muy buena atención de los meseros y el chef muy agradable. El restaurant de desayuno y comida general es bueno, sencillo pero bueno, con lo necesario. El restaurant bar con comida del mar es muy rico y sabroso pero con pésimo servicio. El restaurant de comida mexicana que se supone es de especialidades, tiene platillos con buena presentación, buen sabor, pero nada extraordinario y con pésimo servicio de meseros, es obvio que les falta capacitación. En la nevería solo nos permitieron un helado por persona, por día. en la cafetería la mitad de los productos están incluídos y todo lo demás tiene cargo adicional y por último en el restaurant de hamburguesas, la música en vivo excelente, el servicio malo al principio y "x" después, la comida buena, pero no excelente. Uno puede caminar por el hotel y pareciera que los huéspedes no existen para muchos trabajadores. Los elevadores son viejitos pero funcionan muy bien y en recepción al personal les urge capacitación sobre atención al cliente y poco faltó que una de ellas me regañara, cuando me la quedé mirando, le bajó tres rayitas a su mal carácter y decidió finalizar con la atención que me brindaba para no seguir poniendo cara. Es triste ver una cadena de prestigio con una mala versión y que supone garantía de atención, servicio, calidad, comidad, etc. y que en la realidad hace lo contrario. Caminar por Puerto Vallarta fue agradable, pero no fue lo mejor que he realizado en mi vida, pues al parecer el huracán dejó malos olores en el malecón y en sus calles, pero bueno, al mal tiempo buena cara, hubo gente muy amable por todos lados, logré comer bien en otros lugares y disfruté dormir. Creo que le daré una nueva oportundiad a Vallarta en otra ocasión.