Si algo me fascino de este lugar fue la hospitalidad que nos hizo sentir Lulu con su comida, preparaba diferentes conceptos gastronómicos y nos hacia sentir como en casa, la ubicación del lugar nos encantó porque queda a un lado de Mantamar beach club y la zona es tranquila, viajamos en fechas de día de muertos y nos hizo una ofrenda simbólica muy hermosa, la vista desde el penthouse es increible al igual que la piscina Sin duda regresaremos