No solo yo, sino que me enteré de otros 4 huéspedes que después de comer sus tostadas de mariscos, terminamos intoxicados y sin poder probar alimento las próximas 24 horas de las náuseas, vomito y dolor de estómago a causa de la nula responsabilidad que tienen al ofrecer este tipo de alimentos. Además sus coladeras huelen a vómito, señal de que no solo fuimos 4 sino que es algo ya muy común y recurrente de este pésimo hotel. Alguna institución relacionada con la salud o regulación de alimentos debería darse una vuelta a inspeccionar este lugar y evitar un escándalo mayor que pudiera provocar este tema tan delicado.