Llegando en la noche pregunté sobre el gimnasio y solo me dijeron que abrían a las 6:30. A las 7:00 bajé a recepción para que me lo abrieran y me dijeron que tenía que haber reservado. Solo me dejaron hacer ejercicio unos minutos. A pesar de la pandemia, el desayuno dejó mucho qué desear, pues solo fue un sándwich. No había teléfono y en varias conexiones no había luz. Reservé de nueva cuenta ahí esperando el mismo servicio que la vez anterior y fue un desastre.