Desde la atención de la hostes a la llegada, aún con reservación nos tocó esperar y en ver/escuchar el trato a otros invitados.
La atención del mesero desinteresada y con prisa, no hizo sugerencias o se acerco a preguntar si habían sido de nuestro agrado; cumpliendo con el protocolo pero no con hacerte sentir cómodo, cero atención al detalle como que las bebidas escurrían en la mesa, no se respetó el tiempo de los platillos y su sabor no era nada espectacular. Tuvimos incidente con la ensalada de betabel la cual estaba insípida, la manager se acercó intentando abordarnos, sin tacto ni atención, sin intención de mejorar la experiencia.
Los baños estaban extremadamente sucios.
A la salida, nadie te despide, o pregunta que tal te fue en forma de cortesía.