Excelente lugar en el centro de Oaxaca. Su atmósfera es tranquila, su comida es fenomenal y su atención es inigualable. Nos recibieron con una hoja de Kale frita con cremoso de aguacate, quesillo y chapulines. De primer corte pedimos la Hoja Santa, un sabor nuevo para cualquiera se los aseguro. Después la Lasagna de Hongos Silvestres de la Sierra de Oaxaca con pasta casera y queso menonita, sabores aún terrosos con una salsa de tomate que combinan a la perfección. Por último, y aunque aparece como entrada, pedimos los 5 Moles danzantes y con una erudita explicación de Omar, quien nos atendió, el platillo y sus sabores se fueron al cielo. Para el postre mi esposa pidió que lo personalizaran por mi cumple y ese rato fue un cierre con broche de oro. Es chingón tener a Oaxaca en México y a Los Danzantes, mejor.