Me encanto el lugar, la decoración, buen gusto 👍🏽 todo comenzó desde nos paramos es la entrada y su ofrenda y marco de madera nos atrapó. Algo curioso, nos explicaron y mostraron las medidas de la pizza que ofrecen cosa rara, pero al final del día muy propio para evitar falsas expectativas; bueno después degustar una clásica probamos una especial, la masa tan delgada es espectacular, compartimos más una ensalada, el mesero nos recomendó una cerveza de lujo la verdad y para rematar un mezcal único de esos que no son comerciales, son silvestres. En fin una agradable estancia en Oaxaca y con este lugar quedamos fascinados. Vale mucho la pena ir a darse una vuelta y no regresar a su destino son que se coman.