Descubrí el hotel hace unos años cuando caminaba por el centro de Oaxaca, me pareció muy céntrico u hermoso...pero al estar ahí hospedada 6 noches me hizo disfrutar no solo el lugar, la calidez del personal y lo magnífico de sus desayunos, todo con muchísimo amor. Cada recámara tiene su personalidad y sin duda volveré. Agradecemos sus atenciones y las clases de cocina son toda una experiencia!!