Es un pequeño hotel con una ubicación privilegiada. Cerca de todo con unas vistas de primera. Las habitaciones son muy chiquitas pero cómodas. La cama, sabanas y edredones son de lo mejor, el descanso esta garantizado. Su punto fuerte es la atención y amabilidad por parte de sus colaboradores. Siempre con actitud servicial. Nos ayudaron a contratar un tour al cañón de sumidero o a cualquier otro lugar, así como traslados al aeropuerto. Hay servicio a la habitación y el restaurante donde sirven el desayuno en cortesía esta a un costado de la iglesia justo enfrente del hotel. Hay elevador. Nuestra estancia fue muy confortable, sin duda uno de los mejores hoteles en san Cristobal. Hice unas peticiones antes de llegar para evaluar el grado de atención y no fui defraudado. Mis felicitaciones a todos los que nos atendieron.