Había escuchado mucho hablar de este café y finalmente pude conocerlo, es un lugar ubicado en un edificio viejo aunque bien acondicionado (nada moderno, tampoco se ilusionen). Lo tradicional es el café, aunque el menú ofrece otras opciones.
El lugar es amplio y mucha gente llega a platicar y a tomar café, así que se puede estar ahí en calma si se está en la misma sintonía. El rumbo es seguro, así que en este sentido se puede estar tranquilo.
No es fácil encontrar estacionamiento por la zona, así que hay que hacerse a la idea de que probablemente se tendrá que caminar del coche al café.

Un lugar típico de Veracruz, buen ambientado ya que conserva la decoración original del siglo pasado y ya que se encuentra en pleno centro histórico pues resulta una buena visita. Alimentos bien preparados aunque la relación calidad precio un poco desproporcionada para mi gusto. En fin es el lugar ideal para tomarse un café y un pan de dulce.

Por ser un lugar de mucha tradición de repente se llena y el servicio se torna lento, aunque los alimentos son de buena calidad. Si tienes que facturar y vas a pagar cuentas separadas avisa desde el inicio ya que después es un lió y la señora que realiza las facturas se tarda horrores.

Puedes iniciar con un café lechero y una canilla y de ahí poder pedir un paquete de desayuno o a la carta que de cualquier forma puedes degustar de sabor y calidad de los alimentos

El pay helado de limón no es de este mundo. Aunque los precios son un poco elevados, vale la pena todo. Me gustó mucho el lugar, la comida y la atención.