La comida muy rica, y los chicos que bailan súper lindos y amables, pero nuestra visita se vió empañada por un pésimo servicio por parte de los meseros, al principio nadie se acercó a tomarnos la orden, tuvimos que llamar a algún mesero que estaba cerca para que nos atendiera, les pedías algún favor cómo por ejemplo que pusiera tu comida para llevar y se hacían los sordos, te atienden de mala gana y todavía exigen el 10% mínimo y comentan ellos que es obligatoria, el mesero que nos tocó se ofendió y se rió en nuestra cara porque no se le estaba dando lo mínimo que pedía de propina, mi hermano tuvo que ir al cajero más cercano a sacar dinero y darle lo que pedía. Ojalá cambien a ese tipo de meseros, uno quiere regresar y con que ganas regresa.
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