De largo el peor hotel en los que he estado en el mundo, tanto en trato como en instalaciones.
A lo hora del check-in no disponían ni de tarjetas de acceso a las habitaciones, teniendo que solicitar cada vez que deseaba entrar a mi habitación que uno de seguridad me abriera. Las habitaciones anticuadas con medidas de seguridad pésimas en las terrazas. Lo único salvable es la comida y el trato de los camareros.
El gerente de recepción G. Alcántara no haciéndose responsable de nada de lo sucedido con los accesos a la habitación, obligándome a pagar por duplicado las tasas de estancia en Cancún dado que alguien de su grupo de recepción se quedó con el dinero y amenazandome con no permitirme la salida del hotel, si no le pagaba su "mordida".
Si pueden nunca acudan a dicho hotel.