Desde que encontré y decidí que Posada Mexico sería mi casa para estas vacaciones recibí una excelente atención, oportuna, clara y eficaz de Irma. Instrucciones claras para llegar al lugar, cómo hacerlo más ágil y cómo se vive el ambiente en Zipolite. Tuve la fortuna de hospedarme en dos de sus cabañas, las
cuales en mi experiencia de viajero considero qué hay una correcta relación precio-beneficio, sin temor a equivocarme podría asegurar que hasta más en este último.
Para mi opinión y gusto este hotel combina un excelente gusto en su decoración mexicana sin estar cargada de “ese colorido” que aveces termina mas en un recargo excesivo falto de buen gusto y que no representa nada típico mexicano.
Tiene una suite en la parte superior con un exquisito gusto “minimalista-mexicano” (por así decirlo) que aparte de un incomparable confort, privacidad y extraordinaria panorámica frente al mar, combina de manera muy proporcional tanto los muebles existentes, el color de la habitación y el espacio necesario para no sentirse asfixiado en su combinación ambiental. Tanto Irma, como todas las personas de este hotel (meseros, limpieza, mantenimiento, etc) muestran una muy agradecida actitud de servicio sin distinción de nacionalidades ya que estuvimos conviviendo con varias, de este continente y de otros. Mi agradecimiento a cada uno de ellos por hacernos sentir muy importantes y como si estuviéramos en casa todo el tiempo. Aún cuando el restaurante descansa dos noches a la semana no me voy decepcionado de él, al contrario siempre con una comida de muy buena calidad (se nota en los alimentos) y a precios justos y equilibrados.
Sin duda pienso volver a este hotel