Vamos a empezar por lo bueno, primero no se si es el dueño pero el señor de la recepción es muy amable, el hotel tiene una imagen muy bonita, guarda ese sentimiento de una casa antigua, pero el problema es que se siente hasta en los colchones y almohadas, una de las camas rechinaba y las almohadas se ven extrañas, otro problema bastante grave es que otra de las camas tenia algo café en la sabana muchas cosas cafés, checamos y no era ningún animal, más bien parecía tierra, otra cosa que deben arreglar son las puertas ya que la del baño no cerraba y tal vez estábamos en confianza pero que sucede si no es así, sí hay alguien penoso. Así que por favor arreglen eso.
Otro detalle es el estacionamiento, esta bien que tenga que estacionar atrás pero nuestro auto lo dejaron en el lodazal, lo que hizo que se nos prendiera un foquito en el auto, no es justo que por ser huésped traten mal a tu carro o porque a veces ni cuenta te das donde lo dejan.
Una recomendación asistan al restaurante de este lugar, las pizzas a la leña son deliciosas, nos falto probar el vino pero la pizza fue riquísima.
Otra cosa buena pequeña pero buena fue que tenían un pequeño refrigerador, fue una sorpresa para nosotros y este hotel se encuentra muy bien ubicado en el centro, puedes llegar caminando a donde quieras.