Las habitaciones tienen vista hermosa a la ciudad, aunque al llegar nos sorprendimos porque no se podía subir las persianas para poder disfrutar de la vista, el personal a cargo dijo que ''así tienen la instrucción de dejarlas descompuestas para que no pegue tanto el sol''... Nos cambiaron 3 veces de habitación y todas tenían ventanas medio tapadas, hasta que por fin acomodaron una y quedó bien. Las camas, almohadas son muy cómodas. En el techo del hotel hay alberca, agusto.
Lo curioso es que en el mismo edificio del hotel también hay hospital, en la noche teníamos hambre y en la recepción nos indicaron bajar al sótano 1 por elevador, que allí había maquinitas de sandwiches, al bajar (por el mismo elevador que sube a las habitaciones) aparecimos en el área de urgencias del hospital, fue un poco incomodo :-) Recomiendo ese hotel especialmente para personas con problemas de salud o para los que toman mucho y tienen resaca pesada, cualquier emergencia - en 1min bajan al hospital :-)