A mis amigos y a mi nos encantó la estadía en Aldea Kuká. La hospitalidad del personal es muy agradable, son atentos y serviciales, desde la recepción hasta el personal de ama de llaves; la comida del restaurante La Malix es muy buena.
Los primeros días había una afectación de electricidad pero fue en toda la isla y la verdad no nos afectó porque nosotros íbamos a la playa y el beach club del hotel es muy cómodo, además que el personal del restaurante es muy atento.
El hotel cuenta con 1 bar, 2 restaurantes, gym, piscina y spa, así que realmente lo teníamos todo no hubo necesidad de ir a otro lugar, la comida es rica y el beach club cómodo frente al mar, todo lo que necesitamos para relajarnos.
Antes de venir para el hotel temía por el ruido de las habitaciones ya que había leído comentarios negativos que era muy ruidoso pero ya estando ahi la verdad que no es algo fuera de lo normal, prefiero la experiencia de vivir y disfrutar en construcciones echas todas de madera ya que eso le da un plus muy vistoso al hotel y te hace sentir la experiencia de una isla "virgen". Nos tóco una vistas al manglar y todas las mañanas fueron muy hermosas.
Recomiendo ampliamente el hotel para aquellas personas que saben disfrutar de una isla, y que desean una experiencia nueva.