El Tabachín es un excelente hotel para alojarse en Puerto Escondido por su ubicación, precio, comodidad de las habitaciones, la amabilidad y atención de su personal, en especial de Paul, su propietario y Félix por las mañanas, entre otros. Los desayunos que sirven en el hotel son lo máximo! Probablemente uno de los mejores desayunos que se pueden disfrutar en Puerto (suficiente para quedar satisfechos y de la mejor calidad y variedad, puede pedirse un desayuno distinto cada día). Es una opción para visitar con pareja y/o amigos, las habitaciones son cómodas y limpias, con muchísimos detalles y una bonita decoración, totalmente acogedoras (nuestra habitación poseía particularmente un estante lleno de libros de toda clase); poseen a/c, televisión con cable y su cocina, totalmente equipada. Tiene una de las mejores vistas de Puerto Escondido; hay dos edificios de habitaciones, si se quiere disfrutar del paisaje, habrá que reservar una de las que están en el segundo edificio, con vista al mar. Está ubicado centricamente sobre la calle principal de la Playa Zicatela (Calle del Morro), a unos 3-5 minutos de donde se encuentran los bares y restaurantes: lo suficientemente cerca para llegar a ellos en el menor tiempo posible y lo suficientemente apartado para poder descansar tranquilamente, si eso es lo que se busca. Hay además el servicio de internet wi-fi, con una recepción aceptable. Es un lugar seguro, cómodo y con excelente atención, una opción muy recomendable para los surfistas por su ubicación y los servicios que brinda (nosotros somos bodyboarders y quedamos más que complacidos).

Únicamente se debe verificar que el a/c funcione correctamente, el de nuestra habitación funcionó sin problema pero el de mis amigos tuvo algunos desperfectos.

Mil gracias Paul, esperamos regresar pronto!

David y Lorena. El Salvador, Centroamérica.

Estuvimos dos noches en este fantástico hotel de Puerto Escondido y nos quedamos con ganas de más.

El penthouse en el que estuvimos es una gozada. Muy espacioso y amueblado con gusto. Pero sobre todo la terraza es increible, con fantásticas vistas a la playa Zicatela. Los amaneceres y atardeceder son incomparables.

Otra de las razones para alojarse aquí son los desayunos. Jugo de naranja dulce (único en Mexico), café orgánico, y una carta de desayunos a cada cual más apetecible. Y todo esto con la compañía del dueño del hotel, Paul Cleaver. Cada mañana desayunaba con nosotros, otros huespedes del hotel y gente que viene expresamente a desayunar, y nos hacía participes de sus lecturas, reflexiones sobre la situación de Mexico y su historia, y otros muchos temas, creando un ambiente muy especial. Paul nos dio también buenos consejos sobre qué visitar por la zona. Gracias por todo Paul!

¡GUAU!

La habitación era preciosa, todavía recuerdo el desayuno, la hospitalidad fue fabulosa.