Hermosa playa entre Tulum y Playa del Carmen. Afortunadamente se trata de una playa pública con un acceso bastante económico (lo público en México no siempre es gratis o yo nunca entendí cómo manejan ese concepto). Tiene palmeras para quedarte a la sombra, restaurants y bares si es tu deseo consumir, todos ellos con camastros o sombrillas a precios más razonables que los de lujo de Tulum (de donde vinimos espantados) pero a decir verdad, bastante más modestos. La cosa es entrar, correrte de donde están los restaurants e instalarte bajo la sombra de una palmera. El ambiente ahí es muy tranquilo y el paisaje hermoso. En la época que fui (febrero) no encontré zargazo. Si te gustan los mangos, comprá por ahí y enfrialos en tu heladera, son de una variedad exquisita pero no hay quien los venda fríos. Todos los vendedores te los ofrecen "tibios" luego de la exposición al sol, así las cosas.

Me encanta esta playa. Mi viaje fue a principios de marzo y la playa estaba muy limpia, sin nada de sargazo. Poca gente y en general tranquila.

Precisa, tranquila, sin sargazo. El agua es cristalina y la playa con arena preciosa.
La entrada sin consumición son 100 pesos por persona, pero merece la pena
Totalmente recomendable.