Hotel viejo y descuidado, las instalaciones muy deterioradas, muy distinto a como lo presentan en su web. Lo único rescatable es la ubicación. La tarifa no va de acuerdo con el servicio. El personal no inspira confianza ni seguridad.

Un hotel cerca del centro pero muy poco limpio, las habitaciones sucias, no limpian la alfombra. Te ponen poco papel de baño. Moví la cama y debajo había dulces muy viejos, pañuelos sucios. Solo nos cambiaron las toallas en la estancia y se ve que hacían la cama sin limpiar nada mas. En un jarrón desde que lleguamos había colillas de cigarro, las cuales permanecieron hasta nuestra partida. El chef muy amablemente nos preparó una cena, lo cual compensó la antigüedad de las verduras. Solo tuvimos acceso a la alberca un día, pues el agua estuvo muy fría.

Nos hospedamos en grupo para asistir a un Encuentro de Danza que se realiza en Durango; durante el periodo de reservación los gerentes de venta siempre estuvieron al pendiente, además de ofrecernos buenos descuentos. Las habitaciones confortables y limpias, todas tienen un frigobar pequeño, un armario y ventilación. Siempre hay agua caliente gracias a que cuentan con calentadores de paso, los baños son pequeños pero está limpios. La alberca tiene agua templada, es un espacio cómodo y excelente para relajarse un rato. La atención del personal siempre fue buena; a decir verdad la limpieza de las habitaciones se hacía en algún momento en que no notábamos su presencia.
Hubo una noche que en varias habitaciones hubo fiesta o reunión de varias personas que hacían mucho ruido, en mi habitación no llegaba el sonido, pero mis otros compañeros sufrieron un poco por ello.
El hotel es perfecto para descansar gracias a que está en una calle alejada del bullicio de la ciudad, no entra ningún ruido exterior.
El único 'pero' es el restaurante. A pesar de recibir una cortés atención del chef, que además se preocupó por prepararnos un desayuno, no había nada. Nos cobraron 65 pesos por un plato de huevo con chorizo y frijoles (no incluía bebida); no tenían jugo, por suerte encontraron leche, pero nada de fruta... todo costaba aparte. Sólo comimos ahí una vez, lo mejor es darse una vuelta por los alrededores (el hotel está muy céntrico) o ir al mercado Gómez Palacio.
Usamos poco transporte, todo queda a pie aunque los taxis de allá cobran barato, nunca pagamos más allá de 30 pesos por un traslado, y casi siempre eran 12 o 15 pesos.
Recomiendo mucho el hotel porque a comparación de otros, su habitación sencilla siempre incluye 2 camas matrimoniales y los extras que NINGÚN hotel de la cercanía ofrece como la alberca, el gimnasio y estacionamiento gratuito para huéspedes.
En la esquina inmediata del hotel hay un Oxxo y la salida a la avenida 20 de noviembre que conecta con todo lo interesante del Centro Histórico de Durango. Estar de paseo por la noche parece muy seguro aunque la diversión termina temprano, los locales cierran máximo a las 11 pm.
Regresaría a éste hotel en mis próximas vacaciones o para ir en grupo nuevamente.