Lo bueno, la habitación con espacio suficiente, el baño tamaño normal y la atención en el restaurante es buena. La alberca grande y agradable a la vista. La señora de recepción de la mañana, con quien hice el chek out, muy amable.
Lo malo, no cuidan los detalles básicos como una buena atención en todo momento, la recepcionista que me recibió, muy mala actitud. La habitación no tenía ni un solo gancho para colgar la ropa y las toallas están más viejas y gastadas que todo lo demás. Los insectos muertos en la pared ni siquiera los limpian, siguen ahí. Mosquitero en la ventana que da a la alberca, pero de nada sirve pues se meten por el baño toda clase de insectos y lagartijas. La alberca ya cuando te acercas, está muy sucia, se te quitan las ganas de meterte.
El precio no justifica las deficiencias, pero hay algo aún peor por lo que no regresaría y son las camas, espantosamente duras. Invito a los dueños a pasar una noche en ellas y que me digan que tan bien descansaron al siguiente día.
Comparándolo con hoteles del rango de precio, le daría 6 puntos de 10 sobre todo por lo de las camas duras.