Esta situada en na zona céntrica, al tiempo que tranquila, de Xalapa, lo que ya es en sí un plus. Además, hay otros aspectos que me gustaron de este restaurante.
El primero tiene que ver con el concepto. Es una comida mediterránea que está fusionada con lo mexicano, de ahí que los sabores sean diferentes pero muy ricos.
Otro aspecto fundamental es el servicio. La dueña lo atiende y está siempre pendiente de los comensales pero, al mismo tiempo, no está encima de ellos todos el tiempo. Además, tratándose del menú tiene la atención de preguntarte si quieres más, algo que jamás había visto en un restaurante.
Por último, la relación precio-calidad. El menú contiene raciones ni muy chicas pero tampoco muy grandes, las aguas naturales son muy ricas y, a mi entender, lo más importante de todo, es que el sabor de los platillos es delicioso.
Es una buena opción si se quiere ir en familia, aunque hay que llegar temprano pues el local no es muy grande y hay ocasiones en los que llega a llenarse con cierta facilidad.