Lo bueno de este Hotel es que aceptan mascotas, sin ningún costo adicional o algún pero, las habitaciones son sencillas y pequeñas, pero el lugar es limpio y cómodo, con jarras y vasos que puedes llenar con los garrafones que hay en los pasillos. Otra ventaja es que nos quedo como a 15 minutos caminando del zócalo y esta sobre una de las principales avenidas. Me volvería a quedar siempre y cuando llevara a Layka, de lo contrario buscaría otras opciones.
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