La realidad es que la ubicación es beneficiosa llegando y saliendo por Roll & Bits, como está en una zona comercial enorme; es, por sí solo el hotel, un destino a parte. Sin embargo, está algo lejos de la zona de piel o del propio estadio, sin embargo, con buena condición, se puede llegar idealmente.

El desayuno incluido es un auténtico Buffet que compite con opciones más exigentes, todos los grupos nutrimentales son ofertados y son por demás... deliciosos.

El trato es impecable, como si hubieran muerto, ascendido al cielo y copiado a la perfección el cómo los ángeles y los santos deben recibir al atormentado viajero. Bien podría añadirse el concepto de calidez Guanajuatense a los buenos modos del staff, si a caso, pedir café llega a requerir paciencia e insistencia, algo que estoy seguro corregirán contratando una nueva dependienta y anfitriones para el desayuno que se sirve en su esplendor a las 6 AM con muchas mesas llenas.

Camas suaves, buenas vistas, zonas comerciales cercanas. Es un pequeño paraíso al que quiero volver pronto.