El hotel está lindísimo, la decoración, distribución, habitaciones, solarium; pero no cuenta con vidrios dobles en las ventanas por lo que es excesivamente ruidoso, el restaurante queda justo en medio del rectángulo de las habitaciones, por lo que puedes incluso escuchar la conversación de quienes están ahí. Los aires acondicionados, lo mismo, no sé si es el tipo de equipo o que ya sean muy viejos, pero no puedes dejarlo prendido en la noche porque hace demasiado ruido. El personal, muy amable y la ubicacón, buena también.