Mi llegada fue en domingo antes de las 15:00 hrs. Me dieron la bienvenida y me mandaron con los chicos que ponen los brazaletes y te quieren forzar a un desayuno para conocer los hoteles hermanos de Marival, uno va con la intención de disfrutar el hotel, descansar, no a encerrarse en un desayuno a las 8:30, cuando dijimos que no, la persona muy molesta nos dejó ahí solos, cambió su trato y fue déspota, pero entre más rápido digas que NO, es mejor para evitar su mala cara. Fue una persona delgada, chaparrita, no tengo su nombre.
La habitación fue en parte baja, súper cómoda, limpia. Lo único malo que no resurten agua natural, como en otros hoteles. Pero sí cuentan con purificadores en los pasillos.
La comida por ejemplo en Casa Bella sí fue la misma en toda mi estancia pero nos gustó y se pudo comer, más que viajé con un menor.
Quiero agradecer enormemente a Catherin, una chica súper amable y que me ayudó con la sorpresa de mi hijo por su cumpleaños, cantó las mañanitas junto con sus compañeros, fue un detalle muy bonito. Más porque le pedí de favor entregar un regalito y mi hijo se emocionó mucho.
Anteriormente lo había visitado y el personal casi no hablaba, esta vez fue diferente, muy ameno el trato. En pasillos todos te saludan =)
El teatro lo disfrutamos muchísimo, nos tocó cine, el show de piratas, Noche mexicana y amé a la chica que arma las coreografías, que gran energía.
Su pie de playa es de lo mejor, las albercas riquísimas, cosa contraria a otros hoteles dónde no están climatizadas. La alberca para niños es un plus, tienen bastante cuidado con la seguridad de los niños, siempre atentos a que no se hagan cosas que pueden lastimar a los demás.
12/10 Marival, muchas gracias.