Partiendo de la base de que son cabañas digo que el lugar es idílico.... El lago, animales de todo tipo dentro del hotel, las cabañas en si que le dan un encanto inmejorable...Pero si es verdad que para ser un Fairmont, las habitaciones están algo descuidadas, un lavadito de cara no las vendría nada mal. Entras y huele un poco a humedad, y la sensación es de que tienen años y que no se han preocupado mucho en reformarlas. Los baños son con bañera y cortina (típico en Canadá), pero todo limpio. Pero si volverla?? Sin duda, porque no deja de ser una cabaña y también hay que tener esa parte en cuenta, el momento rustico del lugar. Y las camas eran muy cómodas, la habitación estaba calentita, y se esta muy a gusto. Pasear por allí, alrededor del lago, encontrarte los tipo renos de la zona allí mismo, y también decir que de la cabaña mas alejada al edificio central donde esta el desayunador, restaurante, bar, recepción, piscina, etc, no se tardan mas de 10 minutos a pie, así que merece la pena si puedes caminar no coger el carrito de golf que te acerca la zona, si no dar los cortos paseos que ademas son super agradables. Desayuno normalito, pero suficiente, personal muy agradable y eficiente, y el bar del edificio central también esta super agradable para disfrutarlo.