Es el lugar perfecto para pasar unos días en contacto con la naturaleza y relajarte. Fui con mi pareja en nuestro aniversario y el lugar nos sorprendió por el exquisito gusto con el que Demetrio ha diseñado y decorado las cabañas (son increíbles, infinitamente más bonitas de lo que aparecen en las fotos) y por el maravilloso lugar en el que está enclavado. La atención es inmejorable, Demetrio hace que te sientas como en casa. A pesar de que el pueblo no está retirado, no te apetecerá salir, por lo que es recomendable que lleves comida (la cabaña está totalmente equipada con cocineta, utensilios y frigorífico), un buen libro y excelente compañía.