El lugar es una belleza, las cabañas muy cómodas y amplias. La terraza superior de la Cabaña Péndulo es un lugar precioso para meditar, leer, trabajar o solo observar la naturaleza. La comida de Rocío es una delicia, llena de variedad y sabores locales, siempre tomando en cuenta las preferencias personales. Pero lo mejor de todo es el trato; en cuanto llegas te sientes en casa. Rocio es una anfitriona maravillosa, Martín siempre dispuesto a ayudar, Toni una gran compañía y Aleppo un perro simpatiquísimo. Estuve dos semanas con ellos y ya los extraño. Dos Amates es una comunidad muy tranquila y llena de gente amable. Recomiendo también explorar los alrededores que están llenos de bellezas naturales. No puedo recomendar más este sitio.