Primero queremos agradecer al personal que fue muy amable, en especial las meseras; en general, todo el personal es muy cálido. La comida muy rica y el lugar es muy bonito, parte de su encanto es que está rodeado de naturaleza.
Sin embargo, aunque nuestra estancia fue tranquila y respetuosa, además de responsable (llevamos a dos perros recien desparasitados, junto a su carnet de vacunación, todo el tiempo bajo nuestra supervisión y con correa); porque somos exigentes como huéspedes y esperamos lo mismo del anfitrión, tristemente esta ocasión no fue así. A pesar de haber preguntado, incluso insistido, si teníamos que tener precaución con algún insecto o animal, no hubo advertencia; incluso dijeron que en la habitación lo más que podríamos encontrar sería un mosquito (una noche nos salió una araña de buen tamaño y a otra una lagartija, lo cual es totalmente comprensible por el lugar). Por precaución siempre viajamos con desinfectantes y repelente de insectos, y a pesar de ello, todos salimos del hotel con chinches de cama, y creemos no haber sido los únicos porque el día que llegamos vimos a otros huéspedes con piquetes parecidos a los nuestros, lo que me hizo comprar otro repelente para reforzar cuidados y porque me asuste, aunque de poco sirvió, pues sobre todo mi esposo fue comido por las chiches; creemos que fue en el cuarto porque soy bastante quisquillosa en protegernos y nos bañaba en repelente cuando salíamos del cuarto, además lo usamos continuamente. Durante el día estuve pendiente que mi esposo y yo no tuviera piquetes, pero al llegar al cuarto nos bañamos y ya solo usamos crema. Al despertar noté ,especialmente, en mi esposo los piquetes, al inicio pensamos que eran mosquitos, ¡pero no! al llegar a casa le encontramos dos garrapatas pegadas y las tuvimos que extraer con mucho cuidado porque no salían, de una quedó la cabeza dentro. Así que en recuento, no hubo "descanso" desde que regresamos hemos gastado en médico, veterinario para dos perros, desparasitantes externos, insecticidas; además limpieza profunda del carro y pertenencias que llevamos, incluso nuestra ropa de cama, cama de mis perros; sin contar el agotamiento físico y mental, pues hasta el día de hoy mis perros siguen en tratamientos ya que los piquetes les causaron alergia (comezón). Poner en riesgo a mis perros es de las cosas que más me molestó y hasta ahora nos tiene inquietos. Hemos tenido cuidado para evitar la propagación en nuestro hogar pues nos dijeron que las chinches viajan en los objetos, perros y se reproducen fácil, por lo que seguimos relimpiado.
Mientras entendemos que es un lugar lleno de naturaleza y se debe cuidar, también creo que es responsabilidad del personal informar sobre estos temas a sus visitantes, sin importar si se pregunta o no; Además de asegurarse continuamente que en sus habitación no hayan plagas; fumigar las instalaciones, para ello hay insecticidas ecológicos para exteriores.
Por otra parte, una de las razones por las que quisimos visitar el hotel, fue su alberca de perros y la vaciaron dos días. Nos entristece que ésta haya sido nuestra experiencia pues habíamos planeado con ilusión este viaje; y que este tipo de situaciones manchen un lugar tan bonito y pongan en riesgo a sus visitantes, no es para nada menor. Esperamos que tomen las medidas necesarias para que no ocurra más.