Al llegar a la habitación lo primero que se notó fue el olor a caño HORRIBLE que salía del baño, muy penetrante y aunque abrimos puerta y ventanas no se fue mucho el olor. Pero es un hotelito normal en medio de la nada, con alberca, cancha de tenis, restaurante y estacionamiento. Por cierto, yo soy muy escéptica pero en la madrugada se escucharon unos lamentos muy feos y no hay nada a los alrededores, preguntamos a los de recepción y dicen que nunca se escuchaba nada, tal vez fue otra cosa