Cuando una amiga y yo decidimos probar fortuna buscando trabajo en Cardiff, además de hospedarnos en hoteles como el Bunkhouse o el Big Sleep, decidimos quedarnos una noche en el Sandringham Hotel porque nos pareció económico y muy bien posicionado. A la llegada el trato fue amable y cercano, la señora que nos atendió fue muy educada y sonriente a pesar de nuestro inglés, y tras un breve check-in nos entregó las llaves de la habitación. Aunque las plantas tienen desniveles que no sabes si estás en el primero, segundo o tercer piso, (además de no tener ascensor) nuestra "room" estaba una justo una planta por encima del Hall del hotel. La ventana de la habitación daba a la calle St Mary St, una de las calles más céntricas de la ciudad donde abundan las tiendas, los hoteles y los restaurantes. A dos pasos estaba el Castillo de Cardiff, las paradas de autobús y todo lo necesario para pasar una agradable estancia. La habitación en sí tenía lo justo y necesario, aunque viendo cómo son los hoteles de dos y tres estrellas en Reino Unido la verdad que no nos pudimos quejar. Por la noche, sobre todo los fines de semana, puede que el ruido de la calle se note mucho dado que es una de las zonas de "movida" de la ciudad, por lo que puede ser molesto para algunos, e ideal para otros que buscan un fin de semana de fiesta sin alejarse del hotel. Personalmente volvería sin pensarlo, todo fue a las mil maravillas.