El hotel está muy bien ubicado, junto a una boca de metro, en una zona llena de comercios y restaurantes y a solo un paseo del Louvre y otras de las principales atracciones turísticas.
El personal del hotel siempre nos atendió muy bien y el desayuno nos encantó, aunque no era un buffet enorme la verdad es que había donde elegir y estaba todo buenísimo.
Nos tocó una habitación que daba a la zona trasera del hotel, un patio bastante grande compartido con otros edificios así que pocas vistas, pero la verdad es que por la noche no se oía un ruido.
Como única pega, el tamaño de las habitaciones, demasiado pequeñas para mí gusto