Mal desde el principio, y eso que llevamos aňos yendo a este hotel. Lo elegimos porque era un sitio para familias, no solo españolas sino también extranjeras, ya que las habitaciones disponían de cocina donde se podía hacer platos si no querías utilizar el comedor. Está muy bien ubicado y el personal es muy atento. El problema es que cuando llegamos había un grupo bastante numeroso del clan de los Montoya. Adultos y niños sin ningún respeto con poca educación y que utilizaban el hotel como si fuera una ciudad sin ley. Además de lo incómodo de este asunto, cuando llegamos a la habitación, encontramos que no había ni una sola silla y al salir a la terraza encontramos por fin dos, aunque éramos tres, y la sorpresa mayúscula de marabunta de hormigas correteando por todas partes. Ese mismo día acudimos a recepción para avisar de que necesitamos que se fumigara. Y al día siguiente a las camareras de piso, y al otro día, porque ya correteaban por la habitación a sus anchas. Tres días después seguíamos comentando lo en recepción porque aunque había bajado el número de animalitos existentes seguía habiendo bastantes. Cabe resaltar que tanto el personal del hotel siempre se ha portado con nosotros estupendamente pero este inconveniente de los animalitos ha sido un horror. Las tan mal tratadas "Quelis" intentaban acabar con la plaga pero era imposible. Y todo esto con nuestros vecinos Montoya Armando escándalo a mitad de la noche y sin que nadie pudiera decirles nada. En fin, que aunque la experiencia este año no ha sido tan buena como años anteriores sigo pensando que el hotel tiene muchas posibilidades. Sobre todo la parte humana.