Las hormigas venían incluidas con las habitaciones, los somiers de las camas eran viejas y al tumbarte la cama te caías, los picnics eran vomitivos, un olor malo, y los panes estaban pasados, la comida era limitada para unos niños de 14 o 15 años. El hotel se ha quedado la fianza de los niños que se cayeron de la cama por su antigüedad y poca revisión, echándoles la culpa a ellos , sin contar que a un niño se le cayeron botellas de cerveza en la cabeza al abrir el armario.