Calidad/precio bien, no hay que olvidarse que es un 3*, comida no hay mucha variedad pero todo bueno, habitación antiguas, zonas común bien, los camareros bien pero hay que decir que algunos un poco lentos la verdad, destaco la profesionalidad de Pepe siempre con una sonrisa y muy servicial, pero recomiendo este hotel.
Me sorprendió la relación calidad precio. No tiene nada que envidiar a un 4 estrellas. El desayuno y la cena de muy buena calidad y variedad. El personal muy agradable. Las habitaciones viejas pero muy limpias.
El único inconveniente que le encontré fue el aire acondicionado en la habitación. No se puede regular ni graduar y te enfoca directamente a la cara al dormir, con lo cual es un poco molesto.
Hotel pésimo en todos los sentidos. Comenzamos por el picnic a niños de 14 y 15 años, pan de molde rancio y con tan solo dos lonchas de embutido, la fruta pasada y la ensalada insípida y escasa. Tres días han dado el mismo picnic y se han negado a cambiar. Y por si ka comida fuera poco las habitaciones antiguas y con desperfectos. Los cuales se comunicaron el primer día y posteriormente por ese motivo (el cual se dijo q no pasaba nada) se negaron a devolver la fianza. No es un lugar para ir ni por el hotel ni por el trató del personal.
La comida que nos daba el hotel olía muy mal, era incomible y vomitiva. Les pedimos que nos cambiasen la comida y no hicieron nada. El personal de recepción falta el respeto y era muy desagradable. Las habitaciones estaban llenas de bichos y no se limpiaban bien . El hotel se ha quedado con nuestra fianza sin sentido. En las camas faltaban tornillos y nos culpaban de romperlas para luego cobrarnos. El pestillo de los baños no iban. Había pocos enchufes por habitación. Los sensores para abrir las puertas daban muchos problemas. Mala luz de la habitación, antiguas y mal mantenidas. No vamos a volver. No merece la pena volver para nada hay muchas cosas mejores a buen precio.
Las hormigas venían incluidas con las habitaciones, los somiers de las camas eran viejas y al tumbarte la cama te caías, los picnics eran vomitivos, un olor malo, y los panes estaban pasados, la comida era limitada para unos niños de 14 o 15 años. El hotel se ha quedado la fianza de los niños que se cayeron de la cama por su antigüedad y poca revisión, echándoles la culpa a ellos , sin contar que a un niño se le cayeron botellas de cerveza en la cabeza al abrir el armario.
