Se equivocaron en la fecha de mi reserva, y cuando llegué, con mi marido en silla de ruedas y mi hijo de 20 años, no teníamos habitación. Se desentendieron del problema completamente. Nadie en recepción se interesó ni nos ayudó lo más mínimo a buscar alojamiento alternativo. Estuvimos 2 horas sentados en la recepción los tres haciendo llamadas a todos los hoteles posibles del País Vasco, y nos ignoraron como si fuéramos un mueble. Tremenda demostración de falta de empatía y de CARIDAD.

Buen hotel, alejado del centro, como otros de precio superior..... tiene una buena piscina para relajarte por la tarde.....es nuevo.....bus al centro..... hasta ahí todo correcto...... pero.....cierran la zona de terraza que es lo que da valía al hotel a las 22,30 horas.....los clientes no podemos quedarnos en las mesas disfrutando de las noches con buena temperatura sólo y únicamente por decisión del personal o supongo que de la dirección......con eso se cargan el único valor añadido del hotel......no puedes tomarte un triste gin tonic a las 22,45 porque no les da la gana, el Gin tonic lo puede llevar el cliente.... sólo hace falta un poco de hielo...... otra cosa es que el hotel no diera para más.....no creo que nadie se lance a la piscina a esas horas....en fin, han destruido el único espacio de libertad del hotel, le falta alegría, sólo desprende tristeza, siendo más antiguo y obsoleto, el hotel Gudamendi le pega.....el resto es un bloque impersonal como el personal.....educado, pero sin alma ni cercanía..... por todo eso, no volveremos, una pena.....

Estuvimos primeramente el jueves 28 de julio tomando 2vinos blancos en la terraza inferior. (Por cierto muy acogedora al igual que resto de instalaciones).
Precio por copa 3€.
Decidimos volver el lunes 1 agosto y el vino nos cobran a 4.50 € copa porque nos dice el camarero...estamos en agosto....
Es esto normal?
Se fideliza así al cliente?
Gracias