Encantada con la experiencia, hotel familiar del que sólo puedo decir cosas buenas, en una ubicación preciosa y tranquila. La habitación con todo lo necesario, limpia y cómoda, y con una terraza estupenda con vistas al monte Igueldo. Si no quieres tocar coche enfrente está la parada del Bus que te lleva a la ciudad. Por las tardes puedes hacer uso del comedor a titulo particular, muy útil si vas con niños, ya que tiene microondas y también algunos juegos. Además, de cortesía café e infusiones
Mención especial a la amabilidad de todo el personal, siempre atentos y con una sonrisa. Especialmente traté con Iñaki que me ofreció más información que la oficina de Turismo.