Es una playa urbana preciosa, siendo su mayor parte artificial (ganada al mar). Es amplia y perfectamente equipada y con un gran servicio de socorridas. Casi la mitad de la playa está reservada para los surfistas (dependiendo del oleaje).
Lo más importante es ser prudentes con esta playa porque prácticamente todos los años fallece alguien y hay muchos rescates. Su problema son las corrientes que te arrastran hacia dentro. Es fundamental hacer caso de las banderas y si hay amarilla, nunca perder el pie. Si se desea estar más seguro, las otras dos playas de la ciudad en la bahía son totalmente seguras.