Estuvimos mi pareja y yo y teníamos reservado un apartamento..llegamos y ahí no se veía a nadie, todo cerrado a cal y canto.llamamos por teléfono y nos dijeron para poder entrar pero al preguntar sobre el bar nos enteramos que ahí no teníamos nada,que los desayunos y el spa estava a 2 kms de ahí..Perdón???que tenga q coger el coche a 2 kms.para poder desayunar???y el spa lo mismo???las vistas preciosas eso sí, pero fue bastante decepcionante ,trabajamos en la restauración y conseguimos tener una semana de vacaciones para descansar...les dijimos que lo sentíamos pero no eran las vacaciones que habíamos soñado y que tendríamos que buscarnos algo..la respuesta fue que nos cobrarían la noche ,ni pisamos el apartamento y sintiéndolo mucho es temporada baja y allí no se veía una mosca...no creo que fuera justo...

En esta ocasión estuvimos alojados en los nuevos apartamentos, todo nuevo y en perfecto estado, las camas súper cómodas, amplias zonas comunes, vistas muy buenas y como siempre el trato impecable.
Algún problema con la tostadora, solucionado en 5 minutos jaja
Nos veremos de nuevo en breve sin ninguna duda.

Es un auténtico regalo para los sentidos pasar el tiempo en este lugar. La ubicación idílica entre el mar y el cielo rodeado por el verde del monte de entrada ya hace que te olvides del ruido. El trato de Edurne y resto de la familia impecable y cercano... como si te conocieran de siempre. De la casa, del desayuno, de los animales no digo nada más a lo ya comentado en otras opiniones porque ya no queda nada que decir. Un paraíso en Euskadi